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La comunidad indígena El mollar-pueblos de Tafies de la Pcia de Tucuman, denunciaron que están sufriendo constantes ataques por terceros, con el único objeto de avasallar sobre sus tierras y despojarlos de su territorio.
Según relata la cacique Margarita Mamaní el delegado comunal Jorge Américo cruz es uno de los principales responsables de los diferentes ataques perpetrados a su comunidad, se lo ha denunciado por desalojos a familias, hostigamiento y venta de tierras de manera fraudulenta y destrucción de los sitios sagrados donde envió maquinaria para arrasar con los menhires (piedras sagradas) para luego vender el terreno. “el delegado hace abuso de poder como funcionario público, manda a romper nuestros sitios sagrados. Nosotros nos estamos quedando sin territorio, sufrimos persecución injuria y calumnia y hasta llegaron a golpear a una hermana Paola Pedraza por entorpecer la gestión”, de acuerdo a lo indicado el agresor Ramón Ríos seria familiar del delegado comunal.
Dentro del territorio existe un grado tal de persecución que los comuneros no pueden ni siquiera asistir a las reuniones de su comunidad debido a que el delegado comunal amenaza con quitarle los planes o puestos de trabajo. Además el funcionario público provoca un cerco mediático al obligar a las radios comunitarias a no dar voz ni difundir el conflicto.
Muchos son los casos de denuncias por usurpación de tierra que involucran directamente al delegado comunal, al poder judicial y al provincial donde atraves de contratos de comodatos, sin previa consulta a las comunidades, delegan las tierras para la explotación de terceros como ocurrió con la cooperativa Malvinas Argentinas donde de acuerdo a lo informado por la comunidad el gobierno de turno cedió las sus tierras en comodato para la realización de un camping deportivo pero en vez eso se construyó un country para los integrantes de la cooperativa.
También denuncian que han recibido una orden de desalojo del superior gobierno de la por la usurpación de 15 hectáreas, en la comunidad de Base El Potrerillo, por parte del terrateniente Carrasco, quien impidió que los habitantes procedieran a de desarrollar sus actividades de agricultura para el sustento diario, esta familiar están continuamente siendo amenazadas con armas de fuego.
Los comuneros afirman que sus tierras han sido reclamadas por firmas como la Textil obrera De la Plata, provincia de Buenos Aires, o la firma Mijaíl, que afirman ser dueños de gran parte del territorio.
“El gobierno provincial hace oídos sordos a nuestros reclamos, mientras que el poder judicial se pone de parte de los que tienen el poder adquisitivo, los que quieren lucrar con nuestras tierras” sentencio Margarita.
Según Mamaní, asumir como cacique de su comunidad le ha valido la discriminación de género por parte del líder de la comunidad Diaguita, pero ella no duda en agotar todas las instancias para poner fin a este conflicto.
La exigencia que realizan es ley de titulación de los territorios indígenas, y a la vez solicitan a los organismos de derechos indígenas y organismos de DDHH que velen por el cumplimento pleno y efectivo de 75 inc. 17y 2, el convenio 169 de la OIT y la declaración universal sobre los derechos de los pueblos originarios de la ONU.
El viernes 25 de marzo pasado se inauguró formalmente la Escuela de Derechos de los Pueblos “Abya Yala”. La iniciativa -impulsada por diversos colectivos y movimientos populares, tanto de Argentina como de otros países de Nuestra América- se propone aportar a la creación colectiva y el intercambio de saberes y experiencias, a través de procesos de formación conjunta, para potenciar la articulación y la praxis de las propias organizaciones en los territorios donde construyen poder popular y autogobierno.
Con el grato cansancio de haber marchado el 24 de marzo por las calles de Buenos Aires a 40 años del golpe cívico-militar, la jornada comenzó con una conferencia de prensa en la que participaron integrantes de diferentes movimientos y plataformas de la región, quienes realizaron un análisis del papel del imperialismo en nuestro continente, a partir de su responsabilidad en el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 en Argentina, pero también en las políticas de despojo y criminalización que hoy se viven en otros países como Colombia y México.
Tras un almuerzo colectivo, se inicio un Seminario donde compañesros de varias de las organizaciones y colectivos convocantes, brindaron su mirada acerca de los nudos problemáticos y los desafíos de los movimientos sociales en la actual coyuntura continental,
Este 2016 la Escuela iniciará un proceso de carácter itinerante y centrado en la construcción territorial, posibilitando abordar los derechos de los pueblos desde las problemáticas y luchas sociales de las organizaciones que hacen parte del proceso
La Escuela Popular funcionará en el espacio que tiene hoy Pañuelos en Rebeldía en el barrio porteño de Pompeya.
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Leyenda
LA FLECHADA
Cuando una familia desea construir su casa, una habitación, o alguna otra parte de la vivienda, cumple con ritos ancestrales a la Pachamama, bendiciendo la tierra, el agua, las herramientas y demás elementos, a fin de que la obra se realice sin dificultades.
Una vez levantada la casa, en la habitación principal de la misma se lleva a cabo una nueva ceremonia denominada “flechada”.
De la parte media del tirante que sostiene el techo, cuelga un tejido espaciado que, a manera de cesto, sostiene un huevo. Esta parte central está adornada con coloridos pompones. Perpendicularmente desde el cesto al piso de la habitación, cavan un pequeño hoyo, donde deberá caer el contenido del huevo una vez rota la cáscara.
Con anticipación, el dueño de la casa elige a los flechadores entre familiares, amistades y vecinos para cumplir este rito, con el que la casa quedará inaugurada y bendecida por la Madre Tierra. Cada flechador utiliza su arco y flecha. Inician la competencia ritual ordenándose el círculo alrededor del hueco. Con paso lento dan vueltas implorando felicidad y prosperidad para la familia dueña de casa.
La flechada en sí comienza cuando el primer participante lanza una flecha al huevo. De fallar en el primer intento podrá repetirlo todas las veces que pueda en el lapso de tres vueltas alrededor del hueco. Cumplido este tiempo, el siguiente flechador intentará dar en el blanco, y así sucesivamente hasta que uno resulte triunfador. Se rocía agua bendita en toda la habitación, a la vez que se queman aromáticos sahumerios.
Se declaran compadres al dueño de la casa y al triunfador de la flechada.
Todo esto se realiza con el fin de liberar al hogar de las visitas de malos espíritus.
Luego se festeja durante toda la noche hasta el día siguiente.
La comunidad indígena El mollar-pueblos de Tafies de la Pcia de Tucuman, denunciaron que están sufriendo constantes ataques por terceros, con el único objeto de avasallar sobre sus tierras y despojarlos de su territorio.
Según relata la cacique Margarita Mamaní el delegado comunal Jorge Américo cruz es uno de los principales responsables de los diferentes ataques perpetrados a su comunidad, se lo ha denunciado por desalojos a familias, hostigamiento y venta de tierras de manera fraudulenta y destrucción de los sitios sagrados donde envió maquinaria para arrasar con los menhires (piedras sagradas) para luego vender el terreno. “el delegado hace abuso de poder como funcionario público, manda a romper nuestros sitios sagrados. Nosotros nos estamos quedando sin territorio, sufrimos persecución injuria y calumnia y hasta llegaron a golpear a una hermana Paola Pedraza por entorpecer la gestión”, de acuerdo a lo indicado el agresor Ramón Ríos seria familiar del delegado comunal.
Dentro del territorio existe un grado tal de persecución que los comuneros no pueden ni siquiera asistir a las reuniones de su comunidad debido a que el delegado comunal amenaza con quitarle los planes o puestos de trabajo. Además el funcionario público provoca un cerco mediático al obligar a las radios comunitarias a no dar voz ni difundir el conflicto.
Muchos son los casos de denuncias por usurpación de tierra que involucran directamente al delegado comunal, al poder judicial y al provincial donde atraves de contratos de comodatos, sin previa consulta a las comunidades, delegan las tierras para la explotación de terceros como ocurrió con la cooperativa Malvinas Argentinas donde de acuerdo a lo informado por la comunidad el gobierno de turno cedió las sus tierras en comodato para la realización de un camping deportivo pero en vez eso se construyó un country para los integrantes de la cooperativa.
También denuncian que han recibido una orden de desalojo del superior gobierno de la por la usurpación de 15 hectáreas, en la comunidad de Base El Potrerillo, por parte del terrateniente Carrasco, quien impidió que los habitantes procedieran a de desarrollar sus actividades de agricultura para el sustento diario, esta familiar están continuamente siendo amenazadas con armas de fuego.
Los comuneros afirman que sus tierras han sido reclamadas por firmas como la Textil obrera De la Plata, provincia de Buenos Aires, o la firma Mijaíl, que afirman ser dueños de gran parte del territorio.
“El gobierno provincial hace oídos sordos a nuestros reclamos, mientras que el poder judicial se pone de parte de los que tienen el poder adquisitivo, los que quieren lucrar con nuestras tierras” sentencio Margarita.
Según Mamaní, asumir como cacique de su comunidad le ha valido la discriminación de género por parte del líder de la comunidad Diaguita, pero ella no duda en agotar todas las instancias para poner fin a este conflicto.
La exigencia que realizan es ley de titulación de los territorios indígenas, y a la vez solicitan a los organismos de derechos indígenas y organismos de DDHH que velen por el cumplimento pleno y efectivo de 75 inc. 17y 2, el convenio 169 de la OIT y la declaración universal sobre los derechos de los pueblos originarios de la ONU.
El viernes 25 de marzo pasado se inauguró formalmente la Escuela de Derechos de los Pueblos “Abya Yala”. La iniciativa -impulsada por diversos colectivos y movimientos populares, tanto de Argentina como de otros países de Nuestra América- se propone aportar a la creación colectiva y el intercambio de saberes y experiencias, a través de procesos de formación conjunta, para potenciar la articulación y la praxis de las propias organizaciones en los territorios donde construyen poder popular y autogobierno.
Con el grato cansancio de haber marchado el 24 de marzo por las calles de Buenos Aires a 40 años del golpe cívico-militar, la jornada comenzó con una conferencia de prensa en la que participaron integrantes de diferentes movimientos y plataformas de la región, quienes realizaron un análisis del papel del imperialismo en nuestro continente, a partir de su responsabilidad en el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 en Argentina, pero también en las políticas de despojo y criminalización que hoy se viven en otros países como Colombia y México.
Tras un almuerzo colectivo, se inicio un Seminario donde compañesros de varias de las organizaciones y colectivos convocantes, brindaron su mirada acerca de los nudos problemáticos y los desafíos de los movimientos sociales en la actual coyuntura continental,
Este 2016 la Escuela iniciará un proceso de carácter itinerante y centrado en la construcción territorial, posibilitando abordar los derechos de los pueblos desde las problemáticas y luchas sociales de las organizaciones que hacen parte del proceso
La Escuela Popular funcionará en el espacio que tiene hoy Pañuelos en Rebeldía en el barrio porteño de Pompeya.
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Leyenda
LA FLECHADA
Cuando una familia desea construir su casa, una habitación, o alguna otra parte de la vivienda, cumple con ritos ancestrales a la Pachamama, bendiciendo la tierra, el agua, las herramientas y demás elementos, a fin de que la obra se realice sin dificultades.
Una vez levantada la casa, en la habitación principal de la misma se lleva a cabo una nueva ceremonia denominada “flechada”.
De la parte media del tirante que sostiene el techo, cuelga un tejido espaciado que, a manera de cesto, sostiene un huevo. Esta parte central está adornada con coloridos pompones. Perpendicularmente desde el cesto al piso de la habitación, cavan un pequeño hoyo, donde deberá caer el contenido del huevo una vez rota la cáscara.
Con anticipación, el dueño de la casa elige a los flechadores entre familiares, amistades y vecinos para cumplir este rito, con el que la casa quedará inaugurada y bendecida por la Madre Tierra. Cada flechador utiliza su arco y flecha. Inician la competencia ritual ordenándose el círculo alrededor del hueco. Con paso lento dan vueltas implorando felicidad y prosperidad para la familia dueña de casa.
La flechada en sí comienza cuando el primer participante lanza una flecha al huevo. De fallar en el primer intento podrá repetirlo todas las veces que pueda en el lapso de tres vueltas alrededor del hueco. Cumplido este tiempo, el siguiente flechador intentará dar en el blanco, y así sucesivamente hasta que uno resulte triunfador. Se rocía agua bendita en toda la habitación, a la vez que se queman aromáticos sahumerios.
Se declaran compadres al dueño de la casa y al triunfador de la flechada.
Todo esto se realiza con el fin de liberar al hogar de las visitas de malos espíritus.
Luego se festeja durante toda la noche hasta el día siguiente.
