En relación con lo que comenta Rafael. La Protección es otra cara de este sistema. En Colombia, existe un sistema estatal de protección a defensores de DDHH. Antes en el DAS, estuvieron directamente involucrados en el espionaje a defensores que se suponía protegían. Hoy incluye a personas que están procesadas en casos como el de Aida Abella (dirigente de la Unión Patriótica y Consejal por este partido sometido a un genocidio. Aida fue atacada con morteros mientras era Consejal y sobrevivió de milagro). Un escolta de la Unidad Nacional de Protección que ya está procesado por amenazas, ha hecho parte de Los Rastrojos y hace parte de la que hoy se llama Unidad Nacional de Protección. La UNP incluye personas complejas involucradas en amenazas, pero además hacen parte de la maquinaria de control por la vía de la vigilancia y la marcación constante a quienes protegen. Uno trabaja como periodista y anda en un carro blindado con dos escoltas: no hay libertad de expresión. Ahora, acabaron el DAS y el espionaje desde estas estructuras, lo que complica estudiar y denunciar hechos como el que menciono, precisamente porque ya no existen las estructuras.
Este es el sistema de control que, con el eufemismo de la protección se está exportando. Un sistema que ha fracasado como protección, es exitoso como parte de la estrategia de control y se exporta como ejemplo de lo que no hizo.
Las empresas de seguridad y vigilancia. Del 2005 al 2008 las empresas de vigilancia fueron tomadas por el paramilitarismo. Muchas de estas vienen del paramilitarismo y vigilan centros comerciales, oficinas del estado, sitios públicos, pero en realidad es paramilitarismo recompuesto.