Es irresistible no echar un vistazo a los comentarios, opiniones y debates que circulan por distintos medios, en torno a los asuntos problemáticos que emergen tras cada coyuntura nacional, y no sentir una pesada sensación de desgano, decepción y desinterés, ante el flujo saturante y empobrecido de información que no se esfuerza por salir del lugar común, que hace de la vida del país un corredor de comentarios, injurias y señalamientos, que restringen el ejercicio de la política a un asunto que da para todo, menos para empoderar las fuerzas que pujan por democratizar el poder y ampliar su agencia. En relación con estas reflexiones, pero ya desde un ángulo mucho más localizado (corporizado), examinamos con preocupación el efecto sistemático de desempoderamiento, desestimulo y disminución que las condiciones de precariedad, de corrupción, de pérdida de derechos sociales y laborales, provocan en cientos de profesionales en formación y titulados. Es inquietante en cualquier circunstancia, que la materia gris mejor preparada del país, hombres y mujeres jóvenes que provienen del seno de familias que tienen como principal patrimonio su trabajo, su saber y su oficio, estén siendo objeto de procesos sistemáticos de debilitamiento individual y colectivo. Hace unos años la guerra consumió una parte nada despreciable de la población joven y de la energía intelectual estratégica para la democratización y el desarrollo de cualquier proyecto de país alternativo al que se nos impone. Hoy parece, una vez más, que las puertas que conducen hacia un proyecto político y social democrático e independiente, se cierran tanto para la juventud como para el país, llevando al desperdicio, una vez más, la estratégica energía intelectual y profesional, por la presión propia de un campo laboral convertido en escenario de despojo para el capital. Frente a la estrategia orientada en resubalternizar a la población joven, intelectual y profesional del país, consideramos que tendrán que ser descubiertas y exploradas aún rutas y alternativas de fortalecimiento, de resistencia, de saberes y de empoderamiento. Fórmulas prescritas para tales tareas no existen. La juntanza, el caminar, el estudiar, el arte y el trabajo colectivo e individual se presentan parcialmente como los campos a combinar y explorar. En estas coordenadas se ubica esta iniciativa y primer paso por hacer más, por desobedecer, por empoderarse, por articular, por crear. Consideramos que la producción de material sonoro en formato podcast, puede ser una manera apropiada, posible y asequible para estimular espacios de debate y discusión, abriendo una conexión con nuestro saber y oficio, como investigadores e investigadoras, opinadores y opinadoras, artistas y artesanas de la cultura. Este es un experimento que se construye constantemente con la participación de todas y todos quienes vean potencia en el ejercicio de comunicar empoderándose, incomodando, desahogándose, cuidándose y rompiendo el aislamiento y el malestar al que nos han conducido quienes gobiernan. ¡Agúzate!